Viajar es uno de los mejores placeres en el mundo. Maravillarse con nuevos lugares, conocer nuevas personas y su cultura, es sin dudas una fuente inagotable de aprendizajes y experiencias. Pero hay otro punto positivo para tomar tus maletas y visitar un nuevo destino: De acuerdo a un reciente estudio, liderado por el sicólogo social William Maddux, nuestra mente es nuestra parte del cuerpo más beneficiada de cada viaje, y de formas que quizás no te habías detenido a pensar, de acuerdo a lo que recoge un artículo del popular sitio web Buzzfeed.
Aumenta tu creatividad: “La gente que debe integrarse a una nueva cultura es más creativa a largo plazo”, asegura el investigador. Y es así, ya que este proceso abre tu mente, te obliga a pensar de una forma distinta y a manejarte entre ideas y perspectivas distintas a las habituales para ti. Esto se puede nombrar con el término “flexibilidad cognitiva”, y a mayor flexibilidad, más creatividad.
Mayor confianza: Relacionarte con gente de otros lugares del mundo incrementa tu fe en la humanidad. “Mientras más países conoce la gente, su sentido generalizado de la confianza aumenta”, asegura Maddux. Ver que en el mundo pueden estar sucediendo buenas cosas, hace más fácil confiar en que los demás están haciendo las cosas de una forma correcta.
Resolver problemas: Algunos estudios, junto al de Maddux, han revelado que los estudiantes que viven en el extranjero tenían un 20% más de inclinación a resolver problemas que aquellos quienes no se encontraban en un país diferente. Es así como estar expuesto a la influencia de otra cultura abre tu mente de muchas manera, lo que te ayuda a darte cuenta que hay preguntas con múltiples respuestas, y problemas con muchas soluciones.
Ser más humilde: Al conocer a personas con historias impactantes, o visitar lugares impotentes redescubrirás lo pequeño que es un humano sobre el planeta Tierra y aprenderás a darle su juesta dimensión las cosas.
Estarás más dispuesto a probar nuevas cosas: En cada viaje te encontrarás con retos interesantes, con actividades o situaciones que nunca te imaginabas enfrentar. Algunas no se dan regularmente, por lo que siempre estás presto a intentarla y llenar de memorias increíbles tu viaje. Pero esto también se traslada a tu vida diaria.
Mente más clara: Estar en contacto con la naturaleza llena de claridad tu mente; estar en espacios abiertos, te permite respirar grandes cantidades de aire que refrescan tus sentidos. En un nuevo estudio de la revista Environmental Psychology, investigadores encontraron que las personas que simplemente vieron una foto de la naturaleza por solo 40 segundos habían mejorado el enfoque y la ejecución de su siguiente tarea. No necesitarías salir a la calle, pero los resultados serán mejores si están en contacto directo con la naturaleza 😉
Te ayuda a reinventarte: Viaje como un proceso de reinvención es una idea bastante extendida. Mucha gente emprende viajes como una oportunidad de dedicarse tiempo a sí mismos, para arrancar un nuevo comienzo, o buscar el sentido de propósito en sus vidas. “Tomarse una pausa te permite pausar, contemplar la vida y potencialmente marcar un camino en tus proyectos. Te permite analizar tu presente desde la distancia – física y metafóricamente-, y de una forma más clara.
Menos temores: ¿Cómo decirle que no a las aventuras que te plantean las vacaciones? Durante esta temporada, estás dispuesto a arriesgarte. Matt Long, un viajero profesional, autor del blog LandLopers y que ha recorrido más de 75 países está de acuerdo. “Con el tiempo he conquistado más miedos, como el temor a ser devorado por tiburones, cometer errores cuando estoy aprendiendo un nuevo idioma… Viajar me ha hecho más valiente, en otro país, pero también en casa”.
Te hace más feliz: Y no solo porque puedes tomarte un tiempo para descansar y desconectarte. Un estudio de la publicación Psychological Science vivir una experiencia (como vacaciones) te hará sentir feliz, mucho más que objetos tangibles.
Destacarte en tu vuelta al trabajo: Un reciente estudio de la U.S. Travel Association descubrió que la gente que toma sus vacaciones tiene 6.5% de chance de obtener un ascenso en el trabajo, que aquellos quienes permanecen meses y meses en sus escritorios.
Más paciencia: Piensa en cuánto de debe esperar durante un viaje. La seguridad en el aeropuerto, la espera de tus vuelos, encontrar un lugar con conexión, ubicar una dirección en una ciudad que no conoces, esperar buses/tren/barcos… Aunque están cosas parecen tediosas, al final te dejarán un aprendizaje y crecimiento importante, están construyendo un carácter más fuerte a largo plazo.
Superar una pérdida: Si acabas de perder algo (un empleo, un ser querido, una oportunidad), ¡viaja! Tomar un viaje te ayuda a restaurar el sentido de ti mismo, y de cómo te sientes respecto a tu pérdida. Al colocarte en situaciones no habituales, te obliga a esforzarte, a sacar lo mejor de ti, a retarte y evitar trabajar en “piloto automático”.
Te hace sentir más vivo: Acabas de vivir una experiencia que te dejó miles de situaciones divertidas y retadoras. No hay más que decir para saber que te sentirás capaz de comerte al mundo.
En la foto estoy en el Grand Canyon, Arizona.
Revista Inspirulina